Historias mitológicas sobre el olivo

Mitos sobre el olivo

El Olea Europea  L, más conocido habitualmente como «Olivo» es un tipo de árbol al que podríamos denominar como «Páter Familia»de los arboles, dada su gran simbología, en particular en toda la zona mediterránea.

Su origen se pierde más allá de los albores cronológicos de la historia.

Mitológicamente  su historia comienza en la ciudad de Atenas, mediante la actuación de la diosa Atenea, hija del dios supremo Zeus y de Metis  diosa de la astucia y la prudencia, la cual eligió el olivo como uno de sus símbolos más destacados, a la par que la lechuza, que era su animal sagrado, después de una disputa entre Poseidón, dios de los mares y su hermano Zeus, reclamando a este ultimo los dominios del Ática. Durante este enfrentamiento, Poseidón   clavó, en el suelo de  la Acrópolis su tridente, haciendo manar agua salada y creando Zeus un pozo de retención de dichas aguas.

Ante esta situación y con total calma, mientras discutían su tío (Poseidón) y su padre (Zeus) por este trozo de terreno, fuera de las profundidades marinas, haciendo gala de que era la diosa de la sabiduría y la justicia, hizo brotar un olivo, llamando a su presencia al primer rey de Atenas ( Cécrope), como testigo y reclamando para sí los derechos sobre la misma.

Poseidón, ofendido por dicha actuación, ordeno una reunión urgente de todos los dioses del Olimpo, para determinar quién de ellos se consagraría la ciudad.

Zeus intervino, y decidió  conceder el dominio sobre esa tierra a aquel que fuera capaz de dar a la humanidad el regalo más útil. Poseidón, llevo el caballo, animal fuerte, rápido, domesticable, el cual aliviaría  el esfuerzo del hombre en su quehacer diario.

 Atenea,  se presentó con un  esqueje, tomado del propio olivo que ella misma había hecho nacer en medio del conflicto, explicando todas y cada una de las propiedades que tenia:    Larga duración en el tiempo, resistente, que daba un fruto  exquisito y del cual los hombres podrían lograr sacar un liquido sagrado, que podrían utilizar para aliñar los alimentos, dar vitalidad, curar heridas e incluso usarse como elemento de iluminación en las noches.

Dichas divinidades , después de deliberar  y  de tomar en consideración  el testimonio de Cécrope,  lo visto y lo explicado en  torno a la asamblea, dieron su decisión al dios supremo  Zeus y este como portavoz de los dioses ,comunico  la decisión de que fuera Atenea la que disfrutara de tal derecho, al haber dado a la cuidad  el mejor  regalo : el olivo.

A  partir de ese momento a la ciudad se la denomino Atenas y el olivo fue considerado, incluso hasta nuestros días, como símbolo de  triunfo o de victoria.

Indistintamente, el olivo tiene otras raíces mitológicas, no por menos conocidas, menos interesantes.

En la antigüedad, el hombre, se sentía completamente indefenso ante cualquier circunstancia o situación que se le escapaba de lo meramente comprensible,  empezó  a fijarse y crear prototipos de  observaciones  basados en  los actos y elementos repetitivos  de la naturaleza y buscando alguna relación entre ellos.

Siendo como eran, completamente indefensos  a estas situaciones y buscando su supervivencia y la de su clan, fueron  creando un mundo paralelo, que justificara todo aquello que no comprendían, lleno de fuerzas extrañas y sobrenaturales, a las que  dieron en llamar: Dioses.

Las leyendas en rededor del olivo, nacieron en ese momento y a consecuencia de que el ser humano se fue  haciendo sedentario  y  empezó crear  sus urbes en torno a sus zonas de influencia.

Algunos de estos ejemplos lo podríamos contemplar estudiando a los Fenicios, cuyo culto a los dioses, estaban principalmente remarcados por  la agricultura, teniendo fiestas  dedicadas a sus deidades  agrarias y celebrando los diferentes ciclos de  las cosechas, en especial  la de la recogida de la aceituna  y su preparación  para la consecución del preciado aceite

Los egipcios decían que fue  Isis, la esposa de Osiris, máxima potestad religiosa en su culto mitológico, la que había dado el olivo al hombre, enseñándole  los sistemas de plantación, cuidados, recogida y aprovechamiento de su fruto, la oliva.

Por otro lado el olivo tiene otras connotaciones que le hacen ser prácticamente un árbol sagrado con una simbología muy arraigada en muchas culturas:

El olivo es un árbol con una larga duración en el tiempo, representando  de este modo un tipo de Inmortalidad. Ya en el Antiguo Testamento se refieren a él con esta comparativa: Nace, vive, da fruto, resiste a las inclemencias de los dioses  y se reproduce desde el origen de los tiempos.

Por su alta resistencia a la climatología y a la dureza del terreno, fue también considerado como símbolo de Fuerza. De hecho, según la leyenda, la maza de Hércules estaba hecha de olivo

Noé, expreso su reconocimiento a este  árbol, al ser el único que la inundación,  castigo de dios y que  cubrió con sus aguas todo el mundo,  no  destrozo ni pudrió sus raíces, siendo en su momento, la paloma soltada en busca de tierra firme, la que trajo en si pico una rama de olivo, considerándola, a partir de entonces como símbolo de Paz.

También representaba la Fertilidad, entre los Helenos, ya que, según sus leyendas, los hijos de los dioses nacían bajo los olivos, por ello,  las mujeres que querían quedar embarazadas, dormían bajo la  sombra de un Olivo.

Lógicamente, el olivo representa igualmente la Sabiduría y la justicia, al tener su origen en la diosa Atenea, y la Victoria, al conmemorar el triunfo de de esta cobre Poseidón

Ya en la época de Cristo, el olivo tuvo una importancia relevante, fue en el Huerto de los Olivos, donde oraba y se refugiaba frecuentemente  para deliberar sobre su destino, siendo igualmente en este huerto, llamado también «Getsemaní “, lo cual significa “Torno de aceite”, donde fue apresado y dio comienzo a su calvario.

En las tumbas cristianas aparecen con frecuencia una rama de olivo y su aceite se prendía en las tumbas de los mártires.

Según la tradición, Rómulo y Remo, fundadores de Roma, que descendían directamente de los  nacieron bajo las ramas de un olivo.

Los romanos consideraban el «óleum» como un lujo más que como un producto necesario para vida diaria e incluso  lo tenían clasificado según el estado de las aceitunas  y su recolección:

Óleum ex albis ulivis’ Realizado con aceitunas verdes recogidas a mano.

‘Oleum meturum’  Realizado con aceitunas maduras.

‘Oleum caducum’ Realizado  con las aceitunas recogidas del suelo.

Oleum cibarium’ Realizado con aceitunas picadas o podridas.

Del mismo modo es la religión Islámica, en el Corán, la que  describe, idealiza y se vuelca en alabanzas al  olivo y a su aceite.

En la actualidad el olivo, tan cercano, espiritual y duradero, continua teniendo igual o más prestigio que en la antigüedad. Continua siendo un árbol indispensable para nuestra economía y año tras año continua dándonos sus frutos, tan útiles y necesarios para nuestra alimentación, teniéndolo siempre visible en nuestro entorno natural, sintiéndolo como un Viejo Amigo, que siempre está dispuesto a darnos lo mejor de él: Su Oro Líquido… El Aceite de Oliva.