El Ventorro 1920

Venta de olivos en Madrid


Venta de olivos en Madrid


Olivos El Ventorro 1920

Hola. Soy José María Madrid Díaz, fundador de «El Ventorro 1920». En estas líneas trataré de informaros de quienes somos, donde estamos, como surgió nuestra empresa y el porqué de nuestro nombre comercial.

El Ventorro 1920

Venta de Olivos MadridEl Ventorro 1920 somos una familia de Carabaña, pueblecito del sureste de la Comunidad de Madrid.

La formamos:  Pepi,  mi mujer,  yo,  José María y nuestros hijos José María, Arturo y Carlos.

Nosotros, nuestros padres y abuelos somos de aquí, de Carabaña.

Todos nuestros antecesores estuvieron dedicados a la agricultura.

Venta de olivos en MadridCarabaña es un pueblo olivarero, que destaca por producir los mejores aceites de la Comunidad de Madrid.

Nuestro pueblo, a menos de 50 kilómetros de la capital, se asienta en una ladera del margen derecho del río Tajuña. Su orografía, flora y fauna es la típica de la Alcarria; comarca a caballo entre las provincias de Guadalajara, Cuenca y Madrid.

Su precioso valle, sus suaves colinas, su botánica, sus cultivos, sus bellos paisajes, sus gentes, sus fiestas, y su cultura impregnan a la zona de una magia que cautiva a cuantos tienen el privilegio de vivir o visitar esta hermosa tierra castellana.

Además, todo esto está a solo un paso de Madrid, capital de España y una de las más fascinantes y maravillosas ciudades del mundo.

Como nace «El Ventorro 1920».

En la segunda década del siglo XX, mis abuelos paternos, Manuel Madrid Fernández y Florencia Gualda Madrid, construyeron, sobre un amplio solar, una casa de tres plantas, conocida desde entonces como «El Ventorro«.

Mis abuelos instalaron, en parte de su planta baja, una pequeña taberna. Esta daba servicio a la cercana estación del ferrocarril y a los transeúntes de la Carretera de Perales-Albares (hoy Avenida de Tielmes), en cuyo margen izquierdo, a su paso por la travesía de Carabaña, se ubica el edificio.

En 1920 nació en él mi padre, Dionisio Madrid Gualda; gran agricultor y persona inigualable en bondad, humildad y honradez. Mis padres, Dionisio y María, allí fijaron la primera residencia del matrimonio.

En él nacimos, entre 1952 y 1958, mis hermanos, Manuel, Jesús y yo. Por lo tanto, esta finca donde mi padre, mis hermanos y yo vimos la luz por primera vez y dimos los primeros pasos, tiene para mí un altísimo valor sentimental.

De estos antecedentes surge el nombre de nuestro negocio: «El Ventorro 1920«.

La nominación es un apretado resumen de lo anteriormente expuesto, a la vez que un pequeño homenaje a mi estirpe familiar.

Venta de olivos

Como iniciamos la venta de Olivos.

Pepi, junto con su hermana Ángela, heredó un olivar de su padre, Félix Sánchez Loriente, en el paraje del término municipal de Carabaña, conocido como «El Almendrillo«, tenía 162 olivos.

Venta de olivosEsta finca fue vendida, en los primeros años de esta década, con excepción de las plantas de olivos, éstos nos los quedamos nosotros y los trasplantamos.

En el afán de búsqueda de mercado, en septiembre de 2004, mi hijo José María y yo, viajamos por toda la Costa Azul, hasta llegar a Mónaco, y allí pudimos comprobar el gran aprecio que tienen los olivos en la jardinería de esta zona.

Nos encontramos con magníficos ejemplares, no podíamos imaginar que éstos provenían de nuestro país.

Enseguida supimos que dicha estima hacia el olivo para jardinería también se tiene en España, en Holanda, en Bélgica, en Alemania, en Italia, etc; todo el mundo quiere tener un olivo en su jardín.

Ello, aparte de su incuestionable belleza paisajística, es debido a su leyenda de ser el árbol de la fertilidad, de la paz y la reconciliación, de la longevidad y la esperanza, de la fidelidad y la victoria, de ahuyentar los malos espíritus, etc. Es el símbolo y emblema de la cultura mediterránea.

¿Como conseguimos gran éxito en el mercado?

El Ventorro 1920 Rápidamente, empezamos a investigar y a realizar viajes por toda la geografía peninsular, en búsqueda de los mejores ejemplares.

Gracias a las decenas de miles de kilómetros realizados, en 2005, alojábamos en el patio de «El Ventorro», nuestros primeros olivos milenarios.

Hemos conseguido vender espectaculares olivos milenarios a entidades financieras, importantes hombres de negocios, renombrados políticos, etc.

También hemos puesto infinidad de olivos centenarios en jardines de todo tipo de gentes. Con todos hemos trabado algo más que una relación puramente comercial. Así es como somos y como queremos seguir siendo.

Venta de olivos

Disponemos de la mayor variedad de olivos de la zona

Aquí, en «El Ventorro», podrán contemplar un amplio elenco de olivos para su jardín, desde los más gigantescos y espectaculares olivos milenarios del mercado internacional a los más usuales en la jardinería familiar.

Todos ellos delicadamente cuidados y dispuestos a lucir en su jardín, quedarán encantados de la visita y nosotros de conocerles.

Sus consejos y el intercambio de puntos de vista, nos ayudarán a crecer y mejorar, día a día, nuestro negocio. Os necesitamos. Os esperamos a todos.Venta de olivos

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